La escritura manual es un proceso complejo en el que los niños deben coordinar ojos, brazos, manos y dedos para la prensión del lápiz, la postura corporal, el reconocimiento y la formación de letras y números, todo ello con una buena atención mantenida. Por tanto, la escritura requiere integrar habilidades motoras, sensoriales, del lenguaje, perceptuales y cognitivas (Donica et al., 2013; Lust y Donica, 2011).
La escritura es considerada una actividad funcional que no solo permite a los niños expresarse de manera creativa, sino aumentar su satisfacción al conseguir mejores resultados en el ámbito educativo. (Salls et al., 2013). Cómo desarrolle un niño su escritura puede perjudicar e influir en su aprendizaje, los profesores miden lo bien que ha aprendido un niño por escrito y los niños con una buena caligrafía normalmente obtienen mejores notas (Wallen et al., 2013).
La OMS desde 2001 incluye las dificultades en la escritura como uno de los impedimentos en la participación escolar, desde edades muy tempranas (Jiménez J., 2017). “Hay evidencia que indica que las dificultades de escritura a mano no se resuelven sin intervención y afectan a entre el 10% y el 30% de los niños en edad escolar” (Feder, & Majnemer, 2007).
Hay características comunes que se repiten en los niños con dificultades en la escritura:
- Letra excesivamente grande o pequeña
- Letras irreconocibles
- Trazados exagerados y/o gruesos
- Trazados muy suaves o imperceptibles
- Variaciones en el tamaño del grafema
- Escritura muy rápida o lenta
- Espaciado irregular
- Errores y borrones
- Desorganización general en la hoja
- Uso incorrecto del utensilio de escritura
Desde Terapia Ocupacional realizamos intervenciones que son efectivas en los problemas de escritura en las cuales se utilizan diferentes enfoques y estrategias, dependiendo de las dificultades y necesidades de cada niño.